lunes, 30 de mayo de 2011

MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA

Luego de leer el texto de Esteves y las colaboraciones de algunos de mis compañeros, considero que en general,  todos tenemos las mismas preocupaciones y esperamos recibir las mismas satisfacciones.
Una continúa  preparación y actualización nos permite evitar cometer constantes errores que a quien perjudican en primera instancia es a nuestros alumnos. Como exprese anteriormente en otra participación, considero que es la actualización en el área pedagógica la que, en mi caso debo reforzar, las técnicas, formas y estrategias de enseñanza.
Retomo de Esteves el siguiente comentario “la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda de los hombres y mujeres que elaboraron los conocimientos que ahora figuran en nuestros libros. La primera tarea es crear inquietud”.
Creo que es precisamente ahí donde radica la gran importancia de nuestra labor, crear inquietud.
Desde que inicié en esta profesión he tratado de hacer las cosas lo mejor posible, ganarme la confianza y el respeto de mis alumnos, considero que soy un buen maestro, tal vez no el mejor que podrían haber encontrado estos jóvenes que han pasado por mis manos, pero creo que se han llevado de mi un buen ejemplo y bastantes conocimientos.
Luego de estos años y de un comienzo un poco complicado al principio, por mi falta de experiencia y de conocimientos en pedagogía (insisto en ello), he recibido muchas satisfacciones tanto por parte de mis alumnos como de sus padres, su reconocimiento, su agradecimiento. Así como también algunas insatisfacciones o dificultades, como el no poder ayudar a aquellos que tienen algún problema o están tan desmotivados que ya no desean continuar con sus estudios.
Al momento de planificar mis clases tomo en cuenta tanto los temas del programa de estudio como los intereses de los jóvenes, la problemática de la región, etc., para determinar qué actividades y de qué forma serán las más adecuadas.
Es un verdadero reto ser docente en el nivel medio superior, pero también es doblemente reconfortante, por la etapa de la vida de nuestros estudiantes en la que nos encontramos con ellos y la manera en que podemos influir en su presente y su futuro, para bien o para mal.

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